Volveré a cruzar desiertos equipada de pocas maletas pero antes las volveré a cargar
de recuerdos vividos en una corta vida que desea acabar, sentiré el frió y el calor del clima desde
la piel hacia el corazón y encontrare otra vez espejismos que serán solo ilusiones, imágenes
para distraer un rato la vista, viéndolas como lo que son, volátiles pensamientos.
Mi destino no es otro que, entre arena y dunas, franquear y avanzar atenta, en la calma del
silencio, por el trayecto de la vida sintiéndola todo el tiempo ausente de un final.
Porque no existen los finales felices, Solo las historias sin acabar.
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